viernes, 31 de mayo de 2013

Signos de una persona violenta

ANÁLISIS PSICOLÓGICO DEL AGRESOR

Dentro del tema de Violencia de Genero encontramos el maltrato psicológico y/o fisico.Concretamente nos hemos centrado en cuales son las características que adopta el agresor cuando ejerce este tipo de abusos.

La película de referencia “Te doy mis ojos “, refleja claramente todos los puntos clave que identifican a un agresor de este tipo.


CARACTERÍSTICAS DEL AGRESOR


A continuación presentaremos un listado de características que pueden darse en una persona violenta para poder identificarla a tiempo.


ANTECEDENTES DEL AGRESOR

La mayoría proceden de familias donde ha habido malos tratos, habiendo sido victimas o cuantos menos testigos de esa violencia.


PERSONALIDAD AGRESIVA

La gente violenta tiende a ser más impulsiva, inmadura y con tendencias depresivas.

Relación entre la imposibilidad de controlar su violencia hacia sus victimas con un estado permanente de irritabilidad, descontento e ira.


ESTRÉS COTIDIANO

Altos niveles de estrés cotidiano, por ejemplo falta de trabajo por largos periodos de tiempo a lo largo de su vida.

Exageración de los hechos cotidianos.

No soporta los desafíos porque se siente en desventaja, lo cual es compensado con la violencia.


INTERACCION NEGATIVA CON LA VICTIMA

Humillaciones, coacciones, criticas, 


ANALISIS PSICOLOGICO DEL AGRESOR

Dentro del tema de Violencia de Genero encontramos el maltrato psicológico y/o fisico.Concretamente nos hemos centrado en cuales son las características que adopta el agresor cuando ejerce este tipo de abusos.

La película de referencia “Te doy mis ojos “, refleja claramente todos los puntos clave que identifican a un agresor de este tipo.



CARACTERISTICAS DEL AGRESOR

A continuación presentaremos un listado de características que pueden darse en una persona violenta para poder identificarla a tiempo.



ANTECEDENTES DEL AGRESOR

La mayoría proceden de familias donde ha habido malos tratos, habiendo sido victimas o cuantos menos testigos de esa violencia.



PERSONALIDAD AGRESIVA

La gente violenta tiende a ser más impulsiva, inmadura y con tendencias depresivas.

Relación entre la imposibilidad de controlar su violencia hacia sus victimas con un estado permanente de irritabilidad, descontento e ira.



ESTRÉS COTIDIANO

Altos niveles de estrés cotidiano, por ejemplo falta de trabajo por largos periodos de tiempo a lo largo de su vida.

Exageración de los hechos cotidianos.

No soporta los desafíos porque se siente en desventaja, lo cual es compensado con la violencia.



INTERACCION NEGATIVA CON LA VICTIMA

Humillaciones, coacciones, criticas, denigraciones, intimidaciones constantes. Etc.

Baja autoestima del agresor, lo cual coexiste con sus actitudes amenazantes y omnipotentes, reforzándose y confirmándose con cada uno de los actos de violencia.

Es manipulador y nunca reconoce sus errores.

Utiliza la agresividad para conseguir sus logros.

Suelen chantajear con el dinero, propiciando que la victima carge con la culpa de todo esto.



ACTITUD POSITIVA HACIA EL MALTRATO FÍSICO

Aprendió en su familia a ser violento, adoptando la violencia como una forma típica de relacionarse y de conseguir aquello que desea.

Defiende con fuerza una concepción muy rígida de los distintos papeles y status de los roles familiares.

Utiliza la agresividad para conseguir sus logros.



CLASE SOCIAL BAJA

Suele tener una imagen negativa de si mismo.

Baja autoestima.

Se siente fracasado.

Es celoso hasta extremos patológicos, la mayoría de sus actos violentos se inician ante el miedo de que su victima lo abandone.

Genera en su victima, miedo (con amenazas y demás), dependencia económica diciéndole que sola nunca podrá salir adelante, creyendo que así no lo abandonara.



NECESIDAD DE CONTROLAR

Considera a su victima como una posición suya y no como una persona con vida propia.

Aspira por medio de la violencia a ejercer poder y control absoluto sobre su victima, no solo en lo que hace o deja de hacer, sino también en sus pensamientos y sentimientos mas íntimos.

Se considera con derecho a saber todo sobre ello por eso vigila a su victima obsesivamente, la acosa telefónicamente, la espía constantemente.



AISLAMIENTO

Aislamiento progresivo de su victima (desde familiares, amigos, etc.) ya que no le conviene que nadie la ayude a darse cuenta de la situación que el genera y así perpetuar la situación y evitar su independencia, reafirmando su control sobre ella de este modo.

Su objetivo es concentrar la atención de su victima únicamente en el, hasta lograr que se olvide de si misma.



DEPENDENCIA MUTUA

Lo que llamamos CONTRATO DE RELACION DE PAREJA: por ejemplo “Tu eres toda para mi “, así reemplaza progresivamente el AMOR por la dependencia.

Exigen la sumisión de su victima como prueba de fidelidad.

El miedo reemplaza también esa necesidad y por supuesto el amor, como argumento para permanecer en la relación y este sentimiento de miedo se convierte en acusación de infidelidad que cuestione ese contrato de pareja en forma enfermiza tanto para el agresor como para la victima.

Reconocer todo esto, supone la certeza de que la relación se ha acabado y que no hay camino de retorno al amor, de manera que la violencia tiene en este contexto la función de impedir que la victima tome conciencia, convirtiendo a dicha victima en una especia de autómata.

La sexualidad se basa en el poder del agresor y la sumisión de su victima.


ENTONCES..

En este tipo de maltratos, el agresor tiene una autoestima muy baja, se siente que ha fracasado en la vida y se ve impotente delante de muchas situaciones que no puede controlar y que se suelen desarrollar en contra de su gusto.

Como resultado, las vías de respuesta que le parecen más efectivas son la violencia en todas sus formas, control obsesivo de su victima, humillaciones, coacciones, manipulaciones, etc.

Todas estas acciones tienen como objetivo concentrar la atención de su victima en el agresor, haciendo que su victima deje de ser una persona convirtiéndola en alguien sumiso que acata todas sus normas, que lo respete patológicamente por miedo.

A ESTOS AGRESORES SE LOS LLAMA SUCCIONADORES DE CEREBROS EN PSICOLOGÍA PATOLÓGICA.



ATENCION

Si estas o ves que alguien de tu entorno esta pasando por alguna de dichas situaciones, busca ayuda en forma urgente, antes que sea demasiado tarde., intimidaciones constantes. Etc.

Baja autoestima del agresor, lo cual coexiste con sus actitudes amenazantes y omnipotentes, reforzándose y confirmándose con cada uno de los actos de violencia.

Es manipulador y nunca reconoce sus errores.

Utiliza la agresividad para conseguir sus logros.

Suelen chantajear con el dinero, propiciando que la victima cargue con la culpa de todo esto.


ACTITUD POSITIVA HACIA EL MALTRATO FÍSICO

Aprendió en su familia a ser violento, adoptando la violencia como una forma típica de relacionarse y de conseguir aquello que desea.

Defiende con fuerza una concepción muy rígida de los distintos papeles y status de los roles familiares.

Utiliza la agresividad para conseguir sus logros.


CLASE SOCIAL BAJA

Suele tener una imagen negativa de si mismo.

Baja autoestima.

Se siente fracasado.

Es celoso hasta extremos patológicos, la mayoría de sus actos violentos se inician ante el miedo de que su victima lo abandone.

Genera en su victima, miedo (con amenazas y demás), dependencia económica diciéndole que sola nunca podrá salir adelante, creyendo que así no lo abandonara.


NECESIDAD DE CONTROLAR

Considera a su victima como una posición suya y no como una persona con vida propia.

Aspira por medio de la violencia a ejercer poder y control absoluto sobre su victima, no solo en lo que hace o deja de hacer, sino también en sus pensamientos y sentimientos mas íntimos.

Se considera con derecho a saber todo sobre ello por eso vigila a su victima obsesivamente, la acosa telefónicamente, la espía constantemente.


AISLAMIENTO

Aislamiento progresivo de su victima (desde familiares, amigos, etc.) ya que no le conviene que nadie la ayude a darse cuenta de la situación que el genera y así perpetuar la situación y evitar su independencia, reafirmando su control sobre ella de este modo.

Su objetivo es concentrar la atención de su victima únicamente en el, hasta lograr que se olvide de si misma.


DEPENDENCIA MUTUA

Lo que llamamos CONTRATO DE RELACIÓN DE PAREJA: por ejemplo “Tu eres toda para mi “, así reemplaza progresivamente el AMOR por la dependencia.

Exigen la sumisión de su victima como prueba de fidelidad.

El miedo reemplaza también esa necesidad y por supuesto el amor, como argumento para permanecer en la relación y este sentimiento de miedo se convierte en acusación de infidelidad que cuestione ese contrato de pareja en forma enfermiza tanto para el agresor como para la victima.

Reconocer todo esto, supone la certeza de que la relación se ha acabado y que no hay camino de retorno al amor, de manera que la violencia tiene en este contexto la función de impedir que la victima tome conciencia, convirtiendo a dicha victima en una especia de autómata.

La sexualidad se basa en el poder del agresor y la sumisión de su victima.


CONCLUSIONES

En este tipo de maltratos, el agresor tiene una autoestima muy baja, se siente que ha fracasado en la vida y se ve impotente delante de muchas situaciones que no puede controlar y que se suelen desarrollar en contra de su gusto.

Como resultado, las vías de respuesta que le parecen más efectivas son la violencia en todas sus formas, control obsesivo de su victima, humillaciones, coacciones, manipulaciones, etc.

Todas estas acciones tienen como objetivo concentrar la atención de su victima en el agresor, haciendo que su victima deje de ser una persona convirtiéndola en alguien sumiso que acata todas sus normas, que lo respete patológicamente por miedo.

A ESTOS AGRESORES SE LOS LLAMA SUCCIONADORES DE CEREBROS EN PSICOLOGÍA PATOLÓGICA.




ATENCIÓN

Si estas o ves que alguien de tu entorno esta 
pasando por alguna de dichas situaciones, 
busca ayuda en forma urgente, antes que sea
demasiado tarde.

Un vídeo muy interesante

jueves, 30 de mayo de 2013

Violencia Familiar

¿Qué es la violencia familiar?

La violencia familiar es la que se produce en el lugar que debería ser el más seguro: El propio hogar. Sin embargo, por razones culturales, en nuestro país este tipo de violencia, hasta hace poco tiempo, fue considerada algo natural y se justificaba que, como medio disciplinario y correctivo, los padres golpearan y humillaran a sus hijos, y a su vez se pensaba que un hombre estaba en su derecho si golpeaba a su esposa. La violencia era considerada el destino de miles de mujeres, niños y niñas, y ancianos y ancianas de nuestro país.
Desafortunadamente, aunque a nivel social se condena la violencia, hoy en día, se sabe que el 66% de las mujeres mexicanas sufre o ha sufrido algún tipo de violencia familiar. Muchas veces los agresores y las víctimas no alcanzan a identificar que viven en un ambiente violento que no tienen por qué aceptar.


La violencia familiar es un delito punible


La violencia familiar se produce cuando uno de los integrantes de la familia, abusando de su autoridad, su fuerza física y su poder, maltrata física, emocional o sexualmente a otro de sus miembros.
La violencia familiar no se justifica bajo ninguna circunstancia y que no es sino la expresión de abuso de poder y de cobardía.
En la actualidad la violencia familiar está tipificada como un delito y es considerada como causal de divorcio y de limitación para el ejercicio de la patria potestad sobre los hijos. Cuando algún adulto permite que un miembro de la familia agreda o sea víctima pasiva de la agresión, está haciéndose cómplice de la violencia. No hay que confundir el respeto que se debe a las figuras de autoridad en la familia, con la sumisión indiscriminada a sus actos violentos.


La violencia se aprende


Los comportamientos violentos se aprenden y legitiman no sólo en la calle, sino también en el seno familiar. La familia es un espacio en el que se transmiten pautas y prácticas culturales; a través de ella se inculcan hábitos, se crean e intercambian lazos de solidaridad y comprensión, pero también problemas y conflictos.
La violencia familiar afecta no únicamente a aquellos miembros que son víctimas directas de ella, sino también a quienes atestiguan los actos violentos. La violencia entre padre y madre afecta a los hijos lesionando su autoestima y su confianza en los demás y en el futuro, creándoles problemas psicológicos y emocionales que impiden su pleno desarrollo humano.






Repercusiones de la violencia familiar


Las niñas y niños que proceden de hogares con problemas de violencia, reproducirán las mismas conductas violentas de sus padres cuando formen sus propios hogares. Con frecuencia los niños provenientes de hogares violentos presentan un bajo aprovechamiento escolar y problemas de conducta.
Como es obvio, la violencia que se ejerce en los hogares repercute negativamente en el funcionamiento de la sociedad, por lo tanto es fundamental prevenirla y erradicarla.


Las distintas caras de la violencia


La violencia no sólo se presenta en forma de golpes. Puede expresarse como una mirada de reproche hasta la violación y en caso extremos, la muerte.
Puede incluir:
  • Burlas, insultos y menosprecios.
  • Humillaciones en público y en privado.
  • Abandono y negligencia en la atención a necesidades básicas.
  • Coscorrones y pellizcos.
  • Gritos y silencios hirientes.
  • Amenazas y lesiones.
  • Abusos sexuales.
  • Muerte.
En distintos grados y momentos, la mayoría de las familias incurre en alguna situación de violencia. Sin embargo, esta situación se torna en problema cuando de manera cotidiana se recurre a la violencia como la forma habitual para establecer contacto entre los miembros de la familia.


¿Qué hacer si se convive con una persona violenta?


Convivir con una persona violenta es sumamente difícil, implica un desgastante esfuerzo físico y emocional. Aunque es muy importante hacer lo posible para convivir sana y tranquilamente, todo tiene un límite: El de la preservación de la integridad física y emocional de todos los miembros de la familia. Ninguno debe estar por encima de los demás. Todos los integrantes de una familia son igualmente importantes, aunque cada uno tenga diferentes responsabilidades y necesidades.
No permitamos que nadie nos destruya, ni nos hagamos cómplices de la destrucción de ningún miembro de nuestra familia. En este sentido es importante que se tomen algunas medidas para actuar en caso de que la violencia alcance niveles incontrolables. Si este es el caso, estas son algunas recomendaciones:
Manténgase fuera del alcance de la persona violenta, durante sus crisis agresivas.
Acuerde una clave para comunicar, verbal o telefónicamente, a sus familiares o amigos que se encuentra en una situación de peligro.
Tenga preparada siempre una maleta con dinero y la ropa necesaria, de usted y sus hijos, para salir inmediatamente de su casa si se hace necesario.
Pida a sus vecinos que llamen a la policía si escuchan gritos de ayuda. Recuerde que la violencia familiar es un delito.


Las anteriores medidas no son la solución, sino únicamente paliativos que le permitirán ponerse instantáneamente a salvo. Lo más importante es que usted y su familia se acerquen a las instituciones públicas y privadas especializadas en problemas de violencia familiar para recibir la terapia y la orientación que le ayudarán a encontrar la mejor solución a este problema. Tome en cuenta que la violencia familiar es un asunto que afecta a la sociedad en su conjunto y, por lo tanto, toda la sociedad está obligada a solidarizarse con las víctimas de la violencia.

Según la Real Academia Española...

El Diccionario de la Real Academia Española explica que “violentar” es “la aplicación de medios sobre personas o cosas para vencer su resistencia”.
Así, se ha definido a la violencia como “el uso de una fuerza, abierta u oculta, con el fin de obtener de un individuo o de un grupo lo que no quieren consentir libremente”, y según el Consejo de Europa la violencia familiar es definida como “Toda acción u omisión cometida en el seno de la familia por uno de sus miembros, que menoscaba la vida o la integridad física o psicológica, o incluso la libertad de uno de sus integrantes, que causa un serio daño al desarrollo de su personalidad”. Así entendida, la violencia siempre es una forma de ejercicio del poder mediante el empleo de la fuerza (ya sea física, psicológica, económica, etc.) e implica la existencia de un “arriba y un abajo”, reales o simbólicos.
Para que la conducta violenta sea posible tiene que darse un cierto desequilibrio de poder, que puede estar definido culturalmente o por el contexto, o producido por maniobras interpersonales de control de la relación. Podemos afirmar que si bien a lo largo de la historia la familia ha sido concebida como lugar de ”refugio, remanso y bienestar para los sujetos que la componen; célula básica afectiva que moldea a los individuos, les otorga sentido de pertenencia y ayuda a formar la subjetividad y donde se aprende la reciprocidad social”, también es portadora de núcleos generadores de violencia y autoritarismo que atentan contra el individuo. La violencia dentro del núcleo familiar (violencia hacia la mujer, maltrato de los padres hacia sus hijos, maltrato de los hijos adultos a sus padres ancianos), no constituye un problema ni moderno ni reciente, y por el contrario ha sido una característica de la vida familiar desde tiempos remotos.
Es sólo recientemente que comienza a concientizarse como fenómeno muy grave y que daña la salud de la población y el tejido social. El reconocimiento del fenómeno se debe a múltiples factores.
En primer término, la familia ha dejado de ser un reducto privado infranqueable, sujeto a las decisiones internas y a la autoridad de quien la gobierna. Las políticas estatales mundiales tienden a la protección integral de la familia y de los miembros que la componen, la autoridad del "Padre de familia” ha declinado, se ha modificado la posición de la mujer en la sociedad y el niño es considerado sujeto de derechos. La neutralidad del poder público desaparece ante circunstancias que ponen en peligro la integridad de las personas en el seno familiar.
El resguardo de la intimidad doméstica no excluye el apoyo o auxilio de la comunidad. Para eso deben conocerse los conflictos y problemas que afectan la dinámica familiar.
Se ha debido luchar muy duramente para correr la imagen idílica que portaba el concepto de familia, y que oscurecía el reconocimiento de hechos aberrantes cometidos en el seno de la misma. La observación clínica, la investigación empírica, las noticias periodísticas, y los boletines informativos, nos describen dolorosos actos de violencia entre esposos, de adultos hacia los niños a su cuidado, y hacia los ancianos dependientes en el núcleo familiar.
Todos estos hechos han acrecentado la conciencia pública y nos han obligado a reconocer que la violencia en el interior de la familia es un fenómeno común de nuestra sociedad moderna y que atraviesa todos los niveles socioeconómicos y culturales.

sábado, 18 de mayo de 2013

Definición de la violencia


Una de las razones por las que apenas se ha considerado a la violencia como una cuestión de salud pública es la falta de una definición clara del problema.La violencia es un fenómeno sumamente difuso y complejo cuya definición no puede tener exactitud científica,ya que es una cuestión de apreciación.La noción de lo que son comportamientos aceptables e inaceptables,o de lo que constituye un daño, está influida por la cultura y sometida a una continua revisión a medida que los valores y las normas sociales evolucionan.En la generación anterior,por ejemplo, la palmeta formaba parte de los castigos habituales en los colegios britá- nicos,y se utilizaba para golpear a los alumnos en las nalgas,las piernas o las manos. Hoy,un profesor británico puede ser procesado por utilizar cualquier tipo de coerción física con un niño.
La amplia variedad de códigos morales imperantes en los distintos países hace de la violencia una de las cuestiones más difíciles y delicadas de abordar en un foro mundial,pero es urgente ha-
cerlo.En este mundo en vertiginosa evolución, proteger la vida y la dignidad humanas exige es-
forzarse por lograr un consenso y establecer normas universales de comportamiento basadas en el desarrollo de derechos humanos.
La violencia puede definirse de muchas maneras, según quién lo haga y con qué propósito.Por ejemplo,la definición orientada al arresto y la condena será diferente a la empleada para las intervenciones de los servicios sociales.En el ámbito de la salud pública, la dificultad reside en definir la violencia de manera que abarque el conjunto de actos perpetrados y las experiencias subjetivas de las víctimas,pero sin que la definición resulte tan amplia que pierda sentido o describa como hechos patológicos las vicisitudes naturales de la vida cotidiana.Se necesita,además,un consenso mundial que permita comparar los datos entre los países y construir una sólida base de conocimiento.

La Organización Mundial de la Salud define la violencia como:El uso deliberado de la fuerza física o el poder,ya sea en grado de amenaza o efectivo,contra uno mismo,otra persona o un grupo o comunidad,que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte,daños psicológicos,trastornos del desarrollo o privaciones.
La definición comprende tanto la violencia interpersonal como el comportamiento suicida y los conflictos armados.Cubre también una amplia gama de actos que van más allá del acto físico para incluir las amenazas e intimidaciones.Además de la muerte y las lesiones,la definición abarca también las numerosísimas consecuencias del comportamiento violento,a menudo menos notorias,como los daños psíquicos,privaciones y deficiencias del desarrollo que comprometan el bienestar de los individuos,las familias y las comunidades.


"Informe mundial sobre la violencia y la salud." Publicado en español por la Organización Panamericana de la Salud para la Organización Mundial de la Salud Washington, D.C. 2002





La violencia se aprende

Educa mediante gestos,

exprésate,

VIVE

pero 

SIN VIOLENCIA